La agotadora caminata que miles de turistas realizan para llegar a la fortaleza de Machu Picchu es gratificante, seguir los pasos de los incas, quienes con fortaleza y organización lograron construir tan maravilloso escenario, es algo que no todos se animan a realizar.
Esta actividad conocida a nivel mundial como “Caminos del Inca” esta regulada por entidades del estado peruano y sólo las agencias que cumplen ciertos requisitos pueden ofrecer este servicio. Uno de los aspectos más importantes es el cuidado y protección no sólo del medio ambiente sino del patrimonio cultural, para contribuir con dicha tarea, evitamos el uso de botellas y latas durante todo el recorrido, usamos bolsas de plástico y jabones biodegradables y capacitamos a los turistas dónde y cómo arrojar los desechos orgánicos e inorgánicos.
Nuestra contribución al cuidado del medio ambiente al usar bolsas biodegradables es importante, ya que las bolsas plásticas tradicionales tardan 300 años en descomponerse, mientras que las bolsas biodegradables sólo demoran 2 años; esta rápida descomposición se debe a la presencia de un compuesto oxobiodegradable, que al estar expuesto al oxígeno, luz, humedad y fricción comienza un proceso de oxidación que divide sus partes al perder peso molecular, es aquí donde los microorganismos actuarán para trasformar el plástico en biomasa.
Además, cabe mencionar que tanto los excursionistas que viajan con nosotros, como el personal de campo y guías, usan jabones biodegradables, que son agentes de limpieza que se descomponen en poco tiempo y de forma natural, de esta manera ayudan a reducir el impacto ambiental en la zona.
Esta caminata no sólo los transportará a un mundo lleno de paisajes místicos y asombrosos no vistos en otras partes del mundo, sino que a su vez, les enseñará que donde estemos, podremos contribuir con la preservación del patrimonio cultural y con el cuidado y protección del medio ambiente, para que en el futuro, otras generaciones puedan seguir disfrutando las maravillas de nuestro mundo.